LAS JUDERÍAS DE LAS CINCO VILLAS

Aragón en la Edad Media fue un ejemplo de convivencia porque en su solar coexistieron en armonía las tres religiones del Libro, hasta la expulsión de las minorías por los Reyes Católicos en 1492. En la Comarca Cinco Villas se sabe especialmente de la existencia de gran número de judíos, ya sea por la aparición de documentos, de restos arqueológicos o porque conserva la fisonomía de sus juderías y sus estrechas calles, las arquitecturas de sus casas, sinagogas o cementerios.

Las comunidades hebreas tejieron entre sí una red de lazos familiares, socio-económicos y religiosos. Uno de cada cuatro habitantes de las Cinco Villas era judío, lo cual estaba muy por encima de la media hispánica. Su rico patrimonio alterna la arquitectura popular en ladrillo de la zona meridional con el sillar en su área septentrional.

Conservan buena parte del patrimonio, el cual nos sirve como excusa para realizar esta ruta:
En Tauste vivieron en el llamado Barrio Nuevo. En la fisionomía de sus calles y la arquitectura, en ladrillo en esta ocasión, podemos ver la impronta hebraica. Se conserva un edificio junto a la ermita de San Bartolomé que con seguridad fue la sinagoga.
En Ejea de los Cabaleros, el barrio judío se localiza en el actual de la Corona. Se sabe por la documentación que trescientas personas que procesaban esta religión, lo cual son unas cifras importantes, ya que era la quinta aljama de Aragón.
El Frago es otro municipio donde ha quedado reflejada la huella judía en la calle de los Infantes. En uno de los muros encontramos una lápida funeraria que perteneció al rabí Jacob, la cual podemos ver en la foto.
La judería de Biel está situada en el Barrio Verde actual. En Cinco Villas ésta era la segunda aljama más importante, siendo significativo que la mitad de su población fuera judía.
En Uncastillo, la judería estaba en el Barrio Nuevo, el cuál estaba delimitado mediante portales que se cerraban por la noche o en caso de peligro. Destacan las cruces que se pusieron en muchos de los arcos de las puertas, signo de la nueva religión de los conversos judíos que optaron por quedarse después de 1492. También encontramos en Uncastillo el puente medieval llamado de los judíos que conduce hacia el cementerio propio extramuros, el cual se encuentra excavado y estudiado.
La última de las villas de nuestra ruta es Sos, cuya judería encontramos en torno a la plaza de la Sartén, llamada así por su forma. Aquí encontramos las mismas cruces que en Uncastillo y destaca su urbanismo laberíntico y con callejones estrechos y sin salida.

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